lunes, 11 de junio de 2012

disfruta


Con demasiada frecuencia aceleramos el ritmo de los acontecimientos por querer de forma irracional y apresurada llegar lo antes posible... y cuando llegamos a ese punto nos damos cuenta de que una de las mejores partes era la que quisimos dejar atrás tan velozmente... el disfrutar del fugaz cruce de miradas, de caricias que hacen que el corazón se acelere, de sonrisas disimuladas, de momentos que solo dejan atisbar pequeños indicios de lo que verdaderamente ocultan, de conversaciones que esconden deseos de algo mucho más grande... mientras todo esto sucede solo deseamos que ocurra el hecho que todo lo cambia, el hecho que nos deja verdaderamente expuestos al dolor, al sufrimiento y también a más buenos momentos...pero estar ahí, sin saber qué va a ocurrir, con la esperanza intacta y el deseo ferviente de descubrir qué pasará... nos hace sentirnos vivos...

1 comentario:

Carlos Rentero dijo...

Aunque quizás no tenga nada que ver, esto me recuerda a una frase que tuve que buscar ayer pa un trabajo:
"Lejos se halla el deseo de esa realidad que vivimos cuando creemos realizarlo", que viene a ser que las expectativas superan a la realidad a menudo.

Pd. no he dicho nada,pero mola muchísimo como escribes, y lo tienes muy callao.
¡Qué to el mundo lo sepa!