Decidió esconder la tristeza, omitir todo pensamiento que pudiera desmoronar su realidad, y ahora... vuelve a temer, a no saber... dio vueltas en la cama con un solo pensamiento en la cabeza "¿y ahora qué?".
Nada pudo contestar esa pregunta, pues la respuesta se encuentra oculta detrás de miles de pensamientos banales que nada tienen que ver.
No fue fácil aprender a mostrar la careta de la simpatía y el bien estar cuando en realidad su mayor deseo era salir corriendo y llorar. Y ahora... aún es más difícil destapar esos sentimientos...
Y ya... nada tiene emoción, todo le parece absurdo, una mera sucesión de acontecimientos que no merecen la atención que antaño les habría dado.
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