Nunca me han llamado demasiado la atención las historias realistas.
Prácticamente todas me han aburrido.
Ya sean en libros, películas o series.
Siempre he sido más de fantasía, aventura y misterio.
Prácticamente todas me han aburrido.
Ya sean en libros, películas o series.
Siempre he sido más de fantasía, aventura y misterio.
Pero hoy.
He encontrado la serie que, puedo decir sin lugar a dudas, se ha convertido en una de mis favoritas.
Heartstopper.
He reído y llorado. Me he cabreado y emocionado.
Sin historias rocambolescas, sin dramones, sin romances perfectos.
Sin historias rocambolescas, sin dramones, sin romances perfectos.
Con ocho episodios de menos de treinta minutos cada uno, ha conseguido transmitir una historia real.
Sin necesidad de hipersexualizar a los personajes, o de caer en estereotipos por todos lados.
Sin necesidad de hipersexualizar a los personajes, o de caer en estereotipos por todos lados.
No he leído el cómic que ha hecho que esta serie llegue a realizarse.
Pero como serie... me ha robado el corazón.
Pero como serie... me ha robado el corazón.