Solo dije lo que mis ojos gritaban... y no me arrepiento. Puede que lo haga dentro de un tiempo, si los acontecimientos no se suceden como me gustaría, ¿pero sería por lo que dije? ¿o solo porque era lo que iba a pasar de todas formas?
Ya nunca podré saber la respuesta a esa cuestión... y puede que me atormente diciéndome a mí misma que no debí abrirme así, que no debí decir eso en ese momento. Pero ahora pienso y encuentro el consuelo de haber dicho lo que tenía ganas de decir. Dejarme llevar de nuevo, pero con más tranquilidad, esperando... porque "quiero escucharte decir lo que gritan tus ojos".